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Hepatoesplenomegalia en estudio

15 ene

La hepatoesplenomegalia se define como el crecimiento anormal del bazo y el hígado mayor al tamaño normal esperado para la edad.1,2 El hígado normal puede palparse hasta 3 cm por debajo del borde costal derecho en el neonato, 2 cm en el lactante y 1 cm hasta la edad de 7 años.3 En general se estima que valores superiores a 3,5 cm en neonatos y a 2 cm en niños, obtenidos mediante la palpación realizada por debajo del borde costal derecho en la línea medio clavicular, son indicativos de hepatomegalia.4 El tamaño total del hígado se determina midiendo la distancia del borde superior, determinado por percusión, y el borde inferior, determinado por palpación, a nivel de la línea media clavicular; o bien por estudios de imagen considerando la longitud del eje vertical.5 El tamaño total del hígado a la semana de edad es de 4.5 a 5 cm, a los 12 años de 7 a 8 cm en los niños y de  6 a 6.5 cm en las niñas.3

El bazo normal puede palparse hasta 2 cm por debajo del borde costal izquierdo en los neonatos y lactantes menores de 6 meses.3 En el 30% de los neonatos, el 10 % de los niños y el 5% de los adolescentes sanos, el bazo se palpa 1-2 cm por debajo del borde costal izquierdo. Se dice que existe esplenomegalia cuando se palpa el bazo por debajo de 2 cm del reborde costal.5

Es importante recordar que la presencia de un hígado o un bazo palpables, no siempre indican hepatoesplenomegalia,  ya que esto puede ocurrir por desplazamiento del diafragma en caso de neumotórax o bien por anomalías ortopédicas tales como caja torácica estrecha o pectus excavatum. Otras fuentes de confusión son: masa retroperitoneal, quiste de colédoco, vesícula biliar distendida o un absceso perihepático. Una variante normal del lóbulo hepático derecho (lóbulo de Riedel) puede extenderse muy por debajo del reborde costal derecho y ser confundido con hepatomegalia; en este caso no existirán datos clínicos ni analíticos de alteración hepática. 1, 3, 5

La existencia anormal de estas visceromegalias, ya sea en forma aislada o combinada, frecuentemente es la manifestación local de una enfermedad sistémica. El crecimiento predominante de alguna de ellas depende habitualmente de la etiología del proceso, todo esto ocurre fundamentalmente por la cantidad de tejido retículo endotelial que ambos órganos contienen y su sistema común de drenaje venoso. 2

La frecuencia de esta condición no es bien conocida. Se estima que la demanda de atención en hospitales pediátricos  de pacientes con hepatoesplenomegalia sin etiología determinada es aproximadamente de 6 a  8 pacientes al año. 2, 6, 7

Se ha observado que la hepatoesplenomegalia sin etiología determinada afecta principalmente a lactantes y preescolares, y más de la mitad de los casos corresponden a etiología infecciosa. En los diagnósticos finales de hepatoesplenomegalia predominan los procesos infecciosos, seguidos de neoplásicos, metabólicos, hematológicos y congestivos.  La herramienta más útil para llegar al  diagnóstico final es la biopsia hepática, seguida de biopsia de medula ósea y tamiz metabólico. 2, 6, 7

Se estima que se requiere un tiempo aproximado de 23 días para establecer el diagnóstico final y un promedio de 22 exámenes realizados. 4 Los pacientes que permanecen sin diagnóstico varían del 7.0% al 9.5%. 2, 7

En el año de 1991 Sotelo publicó la experiencia del Hospital Infantil de Sonora en 63 niños con hepatoesplenomegalia de origen desconocido en un periodo de diez años, este trabajo dio origen al abordaje diagnòstico en tres fases: La fase I, que corresponde a estudios básicos de laboratorio; la fase II, que incluye cultivos, estudios inmunológicos y de gabinete y fase III que corresponde a estudios de serología viral, biopsias y estudios especializados. En este trabajo también se propone la clasificación de los pacientes con hepatoesplenomegalia de acuerdo a su causa en 5 grupos: infecciosa, neoplásica, hematológica, congestiva y metabólica. 7

Trejo y cols., intentaron construir una guía clínica para establecer el diagnóstico etiológico de hepatoesplenomegalia en niños. En este estudio se toman a la fiebre y la anemia para establecer 4 grupos principales: a) Hepatoesplenomegalia y fiebre, b) Hepatoesplenomegalia y anemia, c) Hepatoesplenomegalia con fiebre y anemia; y c) Hepatoesplenomegalia sin fiebre y anemia. Con la utilización de esta clasificación se logró el diagnóstico hasta en el 83% de los casos y se redujo el tiempo para realizar el diagnóstico en un 50%.3

En 1998 Bricks reportó una serie de 89 niños con hepatoesplenomegalia en un hospital de Sao Paulo Brasil, en un periodo de 3 años. En este estudio los niños con hepatoesplenomegalia fueron agrupados en 2 grandes grupos: 1) Niños con ligero incremento en el tamaño de hígado y/o bazo, sin signos y síntomas de enfermedad grave, en los cuales el problema  se resolverá en menos de 2 meses; y 2)  Niños con aumento importante o alteración de la consistencia de hígado y/o bazo, con otros signos y síntomas que sugieren enfermedades crónicas. En el primer grupo los problemas más frecuentes encontrados fueron anemia y enfermedades infecciosas y el pediatra general puede encontrar el diagnostico con pocos exámenes, pero en el segundo grupo es necesario referirlos a sub especialistas para ampliar el espectro del abordaje.6

B I B L I O G R A F I A

1.- Walker WA, Mathis RK. Hepatomegalia. Enfoque al diagnóstico diferencial. Pediatr Clin North Am 1975; 22: 935-48.

2.- Loredo AA, Mata QL, Carvajal RL. Hepatoesplenomegalia de etiología desconocida: abordaje  clínico para su diagnóstico en 57 casos. Bol Med Hosp  Infant Mex 1989; 46: 41-6.

3.-  Trejo JA, Soria SN, Garduño EJ. Construcción y validación de una guía clínica para el diagnóstico etiológico de hepatoesplenomegalia en niños. Bol Med Hosp  Infant Mex 1995; 52: 160-67.

4.- Gutiérrez JC, Pavón BP.  Hepatoesplenomegalia. Protocolos  diagnósticos y terapéuticos en pediatría. Asociación Española de Pediatría. https://aeped.es/protocolos/hepatologia/index.htm

5.- Wolf AD, Levine JE. Hepatomegaly in neonates and Children. Pediatr  Rev 2000; 21: 303-10.

6.- Bricks LF, Cocozza AM. Experience in the evaluation of children with hepatosplenomegaly at a teaching ambulatory, Sao Paulo, Brazil. Rev Inst Med Trop S. Paulo 1998; 40: 269-75.

7.- Sotelo CN. Hepatoesplenomegalia de origen  desconocido. Estudio de 63 casos. Gac Med  Mex 1991; 127: 321-26.

8.- Wilkins BS. The spleen. Br J Haematol 2002; 117: 265-74.

9.- Grover SA.; Barkun AN, Sackett DL. Does this patient have splenomegaly?. JAMA  1993; 270: 2218-21

DESCARGA HEPATOESPLENOMEGALIA COMPLETA EN .PDF

 
 

Fiebre + Leucocitosis = Infección ÷ otras causas

03 dic

fiebre niñoLa mayoría de las veces cuando se tiene a un paciente que presenta fiebre y leucocitosis inmediatamente se asocian con infección, pues ni fiebre ni leucocitosis son sinónimo de infección.

En ocasiones la presencia de fiebre y leucocitosis en un paciente instintivamente nos hace administrar antibióticos sin siquiera investigar la causa de los mismos. Por ejemplo no es raro encontrar pacientes que llegaron a hospitales pediátricos después de 1 mes o más de evolución con fiebre que han sido vistos por 3 o 4 médicos y que han consumido al menos 5 tipos de antibióticos diferentes y la fiebre nunca cedió, siendo que ellos nunca tuvieron proceso infeccioso y su diagnóstico final es leucemia.

La presencia de fiebre y leucocitosis inicialmente solo nos habla de “Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica” el cual puede estar dado por diversas causas como quemaduras, traumatismos, fármacos, pancreatitis, post operatorio, cáncer (leucemias, linfomas), enfermedades autoinmunes (Lupus eritematoso sistémico, Artritis reumatoide juvenil) e infecciones entre otras.

El Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica se define como la presencia de al menos 2 de los siguientes criterios (donde uno de ellos debe ser alteración de la temperatura o cuenta de leucocitos):

1.- Temperatura: Fiebre >38.3°C o Hipotermia <36°C

2.- Cuenta de leucocitos: cuenta elevada de leucocitos (leucocitosis) o por debajo (leucopenia) de los valores normales para la edad (leucopenia no asociada a quimioterapia) o más del 10% de neutrofilos inmaduros (Bandemia)

3.- Frecuencia cardiaca: a) Taquicardia con aumento de la frecuencia cardiaca >2 desviaciones estándar de acuerdo a su edad en ausencia de un estimulo externo, fármacos o dolor. En menores de 1 año Bradicardia con frecuencia cardiaca por debajo de su percentila 10 en ausencia de fármacos Beta-bloqueadores, cardiopatías congénitas o estímulos vágales.

 4.- Frecuencia respiratoria: Taquipnea con frecuencia respiratoria por arriba de >2 desviaciones estándar para su edad o necesidad de ventilación mecánica por un proceso agudo no relacionado con enfermedad neuromuscular o evento anestésico.
Cuando al Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica agregamos una infección probada o sospechada entonces tenemos la definición de Sepsis

 
De tal manera que no todo lo que brilla es oro o no todo lo que tiene fiebre y leucocitosis está infectado. Sobra decir que habrá que realizar una adecuada historia clínica completa y exploración física minuciosa siempre teniendo en mente los diagnósticos diferenciales en un paciente con fiebre y leucocitosis además de los procesos infecciosos.

REFERENCIA:
Goldstein B, Giroir B, Randolph A. International pediatric sepsis consensus conference: Definitions for sepsis and organ dysfunction in pediatrics. Pediatric Critical Care Medicine 2005;6:2-8

 
 

Fiebre

15 sep

¿Qué es la fiebre?

FiebreLa fiebre, también conocida como “temperatura” o “calentura”, es un aumento en la temperatura corporal por encima de lo que se considera normal

No existe una temperatura específica para decir cuando un paciente tiene fiebre, en general se puede considerar  la temperatura normal entre 36°C y 38°C, y a la fiebre como temperatura axilar >38°C, oral >38.3°C y rectal 38.5°C.  

Aunque el aumento de la temperatura generalmente preocupa mucho a los padres, la fiebre la mayoría de las veces no suele ser indicio de algo grave., la fiebre en sí no es perjudicial y, de hecho, puede llegar a  ser buena; con frecuencia es la forma que tiene el cuerpo de combatir algunas infecciones. Sin embargo, la fiebre alta puede hacer que su hijo se sienta molesto, además de agravar problemas como la deshidratación. En ocasiones en niños entre 5 meses y 5  años la fiebre puede hacer que el niño convulsione, en general estas convulsiones desaparecen al desaparecer la fiebre.

¿Por qué se produce la fiebre?

La fiebre se produce cuando el “termostato” interno del cuerpo aumenta la temperatura corporal por encima de su nivel normal. Este termostato se encuentra en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo y envía mensajes al cuerpo para mantenerla así.

Los investigadores creen que el aumento de la temperatura es la forma que tiene el cuerpo de combatir los gérmenes que causan infecciones y de hacer que el cuerpo sea un lugar menos agradable para ellos.

¿Cuáles son las causas de la fiebre?

Si bien las infecciones son la causa más común de fiebre en los niños, no son la única causa.

Tanto las infecciones virales como las bacterianas pueden producir fiebre, menos común algunas infecciones parasitarias y por hongos.

Otras causas de fiebre menos frecuentes como enfermedades como cáncer, artritis reumatoide juvenil, Lupus, vasculitis, medicamentos como los antibióticos.

¿Cómo tomar la temperatura de mi hijo?

Si su hijo es menor de 3 meses, usted obtendrá datos más precisos si mide la temperatura rectal con un termómetro digital. Los termómetros electrónicos de oído no son recomendables para bebés menores de 3 meses porque sus conductos auditivos suelen ser demasiado pequeños.

Si su hijo tiene entre 3 meses y 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura rectal o un termómetro electrónico de oído para medir la temperatura en el interior del conducto auditivo. También podría utilizar un termómetro digital para medir la temperatura axilar, aunque este método es menos preciso.

Si su hijo tiene más de 4 años, usted puede utilizar un termómetro digital para medir la temperatura oral si su hijo coopera. Puede  usar el método timpánico (con un termómetro electrónico de oído) o el método axilar (con un termómetro digital).

¿Qué hago si mi niño tiene fiebre?

El manejo inicial sintomático, mientras se establece la causa y se instaura un tratamiento específico. Este manejo sintomático debe incluir la aplicación de medios físicos como los baños de agua tibia.

  • Bañe a su hijo con una esponja para que se sienta más cómodo y para ayudar a que le baje la fiebre. Utilice sólo agua tibia; el agua fría puede causar escalofríos, lo que suele aumentar la temperatura corporal. Nunca use alcohol (puede producir una intoxicación cuando la piel lo absorbe) o bolsas de hielo/baños fríos (pueden causar escalofríos, que aumentan la temperatura corporal).  
  • Vista a su hijo con ropa ligera y cúbralo con una sábana o una manta liviana. El exceso de ropa y abrigo puede evitar que el calor corporal se libere y provocar un aumento de temperatura.
  • Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría.
  • Dé a su hijo mucho líquido para evitar la deshidratación; la fiebre provoca una rápida pérdida de líquidos. El agua, la sopa, las paletas heladas y la gelatina de sabores son buenas opciones. Evite las bebidas con cafeína, incluidos las gaseosas y el té, porque pueden aumentar la producción de orina.

  

El que un paciente tenga fiebre no quiere decir que deba recibir antibióticos.

Es costumbre de algunos padres e incluso de muchos médicos  el empleo de antibióticos, como si los antibióticos fueran para bajar la fiebre. Frecuentemente esto sólo contribuye a enmascarar signos y síntomas importantes, a modificar resultados de laboratorio que de otra manera serían diagnósticos y en no pocos casos a complicar el cuadro inicial por sobreinfección bacteriana o por hongos.

Puede administrar medicamentos para bajar la fiebre como paracetamol o nimesulid de preferencia siempre bajo la recomendación de su pediatra para administrar la dosis correcta.

¿Como saber si mi niño tiene algo grave?

La mayoría de las veces la fiebre en los niños sobre todo en menores de 5 años son secundarias a infecciones virales que en general son benignas, sin embargo habrá que vigilar algunos datos de alarma que pueden indicar gravedad y habrá que acudir inmediatamente a su servicio de salud mas cercano si su niño presenta alguno de los siguientes datos.

• Niños menores de 3 meses

• El niño luce mal, enfermo y decaído

• Se encuentra irritable, llora en demasía y no es consolable

• Decaimiento intenso, somnoliento, cuesta trabajo mantenerlo despierto, luce desorientado o desconectado sin interactuar o sin responder a estímulos

• Rechaza el alimento

• Dificultad para respirar, tiene respiraciones muy rápidas y profundas

• Tiene movimientos anormales o convulsiones

• Datos de sangrado a cualquier nivel, orina, nariz, encías

• Fiebre de mas de tres días que en lugar de mejorar empeora

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