A la mayoría de los médicos nos cuesta entender que hay gente más capacitada que nosotros para el manejo de ciertas patologías, sobre todo si consideramos que nosotros somos capaces de atender la enfermedad o al menos así nos lo han hecho creer en nuestra formación.
Son pocas las especialidades médicas que escapan al uso de antibióticos en su práctica diaria, la mayoría de los médicos en formación aprenden el uso de antibióticos como algo rutinario, sin profundizar en el porqué de las cosas, si está bien o está mal, es algo tan común y frecuente que la mayoría de los médicos creen que saben hacer un buen uso de antibióticos, la realidad y los porcentajes de resistencias nos demuestran lo contrario.
La mayoría de los médicos (dependiendo de la especialidad) si tiene un paciente con pancitopenia (anemia, leucopenia y trombocitopenia) y tiene la posibilidad le hablará al hematólogo, si tiene un paciente con una tumoración cerebral le hablará al neurocirujano, pero pocos médicos solicitarán una interconsulta al infectólogo (aunque esté disponible) si su paciente presenta una infección bacteriana porque la mayoría cree estar capacitado para el manejo antibióticos e infecciones aunque no se tenga la más mínima noción de mecanismos de acción, espectro antimicrobiano, resistencias bacterianas, penetración a tejidos, efectos adversos de los antibióticos, sinergias, etc., etc.
Desde mi formación a la actualidad como infectólogo he estado en 4 hospitales y en todos ellos he podido corroborar que al menos en México aún no estamos listos para contar con un infectólogo en la plantilla médica, los médicos no están acostumbrados a solicitar ayuda al infectólogo, y mucho menos a que otro médico venga a modificarles el manejo antibiótico que iniciaron, o que les diga que el paciente al que él creían necesitaba un antibiótico realmente no lo necesita y le quiten o modifiquen “su” manejo.
Si bien no hay que llamar al infectólogo por un simple resfriado o una infección de vías urinarias, la mayoría se acuerda que hay un infectólogo en el hospital cuando ya van por el tercer o cuarto esquema antibiótico de amplio espectro y el paciente sigue igual o peor que al principio.
Como decía uno de mis maestros “Todo el mundo se cree infectólogo”, el cirujano, el de terapia intensiva, el neumólogo, etc. un buen médico no es aquel que sabe cuándo está indicado un antibiótico, eso lo sabe hasta la señora que vende comida fuera del hospital, el buen médico sabe cuándo un antibiótico no está indicado.
Son pocos los hospitales que tienen la fortuna de contar con un infectólogo, y los pocos que lo tienen creo que no le sacan todo el provecho a su presencia.